En un episodio del maravillosos programa Redes de Eduardo Punset de hace unos años, James Vaupel, científico considerado uno de los mayores expertos en demografía y envejecimiento, dijo que la mayoría de niños nacidos tras el año 2000 llegarán a cumplir 100 años en el siglo XXII si se mantiene el ritmo constante de progreso. Esto significa que la esperanza de vida que ahora hay de alrededor de 80-85 años aumentará en 15 años, y seguirá haciéndolo progresivamente generación tras generación, es decir que 100 años no será la edad máxima que vivirá el ser humano.
Esta situación plantea innumerables retos, para empezar cómo van/vamos a alimentarnos todos, si el planeta va a resistir la demanda de una densidad de población cada vez mayor, si nuestro sistema económico va a ser capaz de seguir funcionando con un gasto en dependencia y atención sanitaria cada vez mayor. Pero en el tema que no escupa en esta web, que no es otro que vivir bien, la pregunta es si vamos a ser capaces de soportarlo. Literalmente. Porque la gracia no es tanto vivir más años, sino vivir más años y en las mejores condiciones posibles. El propio Vaupel solucionaba parte del problema en el programa:
Me parece que el siglo XXI será el siglo en el
que logremos combinar la educación, el trabajo y el ocio en lugar de
compartimentarlos. Creo que eso implicará trabajar más años pero también trabajar menos
horas por semana.
Y no va nada desencaminado. Dicen que si el siglo XX fue el de la redistribución de la renta, el XXI será el de la redistribución del trabajo. ¿Qué os parecería que un matrimonio trabajase 40h semanales entre los dos, para poder conciliar su vida laboral con su vida personal y cuidar y educar a sus hijos, y jubilarse a las 75 años en lugar de las 65? Soy consciente de que es casi utópico, pero la idea de disponer de más tiempo de ocio durante toda tu vida, y no solo al final de ella, a mi me resulta más que atractiva.
El filósofo Aurelio Arteta va un paso más allá sobre esta cuestión afirmando que: “Igual que el joven y el maduro suelen marcarse por adelantado unos fines y unos medios, unas metas y su curso hacia ellas, ¿no deberá hacer algo parecido el anciano sensato mientras pueda, y con mayor razón todavía si esos fines y metas son por definición más irrevocables que los recorridos por las edades anteriores?”. “Me limito a imaginar que, en un número cada vez mayor, los individuos convertirán su prolongada vejez en una época de beneficio para sí y no tanto de penosa espera de la muerte”. La vida se alarga y hay que pensar qué hacer.
Evidentemente, tener más tiempo no sirve para nada si no sabes qué hacer con él, cómo emplearlo y con quién pasarlo. Por eso leo muchos libros y artículos, y escucho muchos programas y podcasts en los que personajes relevantes de distintos ámbitos explican cuáles son sus claves para vivir bien. Os dejo las reflexiones de Dan Buettner y de Valentín Fuster, unas más «terrenales» y otras más «filosóficas», pero desde luego todas ellas perfectamente complementarias.
Dan Buettner, colaborador de National Geographic y fundador del movimiento Blue Zones, ha pasado 30 años de su vida estudiando y analizando los hábitos de vida de las comunidades más longevas del mundo. Cinco regiones denominadas «Zonas Azules» en las que la gente vive más y con una mejor salud: Okinawa, Japón; Cerdeña, Italiz; Nicoya, Costa Rica; Ikaria, Grecia; y Loma Linda, California. Dan, junto a su equipo identificó 9 hábitos saludables que abarcan todos las esferas del bienestar y que son comunes a estas comunidades:
- Moverse de forma natural durante el día
- Descubrir cuál es tu propósito en esta vida y trabaja en él
- Controlar tu nivel de estrés
- La regla del 80%: dejar de comer cuando estés lleno al 80%
- Hacer de las verduras, las frutas, las semillas y los cereales el centro de tu alimentación
- Consumir alcohol de forma moderada
- Pertenecer a una comunidad, a un grupo de personas que compartan valores, creencias y fe similares
- Tener relaciones familiares fuertes y cuidarlas
- Cultivar las amistades verdaderas
Por su parte, Valentín Fuster, Cardiólogo y director del CNIC, en una campaña maravillosa de El País y el BBVA, expone cuáles son para él las claves para vivir mejor. Primero habla de las 4 Ts de cómo uno madura personalmente:
- Tiempo para reflexionar qué es prioritario y qué no, meditar 10-15 minutos al día, tú solo contigo mismo, escuchando tu cuerpo. Es fundamenta ir por la vida de forma proactiva y no reactiva, sabiendo hacia donde vamos y no dejándonos llevar por la corriente.
- Talento: la mejor inversión que uno puede hacer en la vida es desarrollar sus talentos
- Transmitir positividad
- Tutoría: importancia de la mentoría en la vida,¡¡¡ no lo sabes todo!!! APRENDER Y SABER ESCUCHAR, escuchar a nuestros mentores en la vida; no es hacer lo que otros dicen, sino apreciar y valorar la experiencia y la ayuda que nuestros guías nos pueden prestar acompañándonos en nuestro camino
También habla de las 4 As de cómo uno se presenta ante el mundo, cómo uno intenta ayudar al mundo a su alrededor, ya que «sentirse útil es algo crítico para nuestra autoestima«:
- Actitud positiva: hay obstáculos, pero los voy a solucionar
- Aceptar quién eres, y no pretender vivir la vida de otro
- Autenticidad: no cambiar según con quién hablas, ser siempre tú mismo
- Altruismo: la gente más feliz en la vida es quien da y no quien recibe
A principios de año escribí un post con mis 18 claves para vivir bien, me alegra ver que comparto bastantes con estos dos maestros del bienestar.
Espero que os haya gustado el post y que os sea de utilidad. Me encataría que compartieráis en los comentarios aquiellas claves que para vosotras son parte del secreto de vivir bien. Nos vemos muy pronto por aquí, mientras puedes encontrarme en Instagram como @janafr o en mi mail jana@janafernandez.es.
¡Mil besos!
Jana
NOTA DE LA AUTORA: si quieres compartir este post ¡genial!, pero por favor, si utilizar parte o todo el contenido de este post en otro site/blog/RRSS, acuérdate de mencionarme ? ¡Gracias!