¿Curvy is the new fit?

Llevo tiempo barruntando un tema que en revistas extranjeras está calando hondo, aunque aquí parece que aún no nos hemos enterado. Hashtags como #voiceofthecurve, #LoveMyShape e #INSHAPEMYSHAPE, y términos como «Body Positive«, «Body Honesty» y «Body Shaming«, inundan las redes sociales de actrices como Danielle Brooks (protagonista de la serie Orange is the new black), súper modelos como Ashley Graham y publicaciones tan relevantes en el sector fitness/lifestyle femenino como la americana Shape o la edición británica de Women’s Health.

Celebrities y publicaciones animan incesantemente desde sus redes a que las lectoras se hagan fotos y las suban con el correspondiente hashtag para demostrar que están orgullosas de su cuerpo, sea éste como sea. Y me parece algo realmente fabuloso. Levantad la mano las que muchas veces no colgáis una foto en Instagram en el gym porque no creéis que tengáis un fit-body para enseñar. Vamos, que no os ve nadie. Yo la levanto la primera, es más, confieso que aunque me esté cociendo de calor, aunque me muera de ganas de enseñar mis tatuajes, ¡no me quedo en mallas y top ni jarta!

Hace algunos años, el término «yoga body» se utilizaba para describir a mujeres como Jennifer Aniston, Gwyneth Paltrow o Christy Turlington, es decir mujeres con extremidades largas, súper tonificadas y con un porcentaje de grasa corporal insignificante. Pero parece ser que esa imagen tiene los días contados. En el mundo del fitness aún no, pero en el del yoga (lógico, en este se utilizan órganos como el corazón y el cerebro), cada vez son más las mujeres que está dispuestas a probar que cualquier cuerpo es un cuerpo de yoga. Y toda la industria se está dando cuenta de este cambio radical hacia la inclusión, desde los profesores y los estudio pasando obviamente por las marcas. 

Instagram/@mynameisjessamyn

Estrellas de Instagram como Jessamyn Stanley, Dana Falsetti y Valerie Sagun son un ejemplo de fuerza y amor propio que cautiva a cientos de miles de seguidores con una combinación de asanas perfectamente ejecutadas y que chocan a más no poder con la idea preconcebida que tenemos de lo que es un cuerpo en forma.

Instagram/@nolatrees

Vaya por delante que el sobrepeso no es defendible de ninguna manera por razones obvias, y que la obesidad es una de las enfermedades más graves a las que nos enfrentamos pero, ¿qué hay de malo en sus cuerpos? Si lo primero que se te ha venido a la cabeza es «madre mía, qué gorda», piensa, ¿eres capaz de hacer eso, de doblarte como Dana o abrirte de piernas como Jessamyn? Porque yo desde luego no. Y lo más importante, ¿quién está más sano, quien vive por y para bajar su índice de grasa corporal y auto-criticando su propio cuerpo por no ser perfecto, o quien vive queriéndose y aceptándose tal y como es, sintiéndose bien consigo mismo, tenga la talla que tenga? Ahí os dejo la reflexión, me encantaría saber qué opináis!

Nos vemos dentro de nada, mientras podéis encontrarme aquí:

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Soy Jana Fernández

Autora del libro Aprende a descansar, creadora del podcast sobre bienestar y descanso ‘El Podcast de Jana Fernández – A Guide to Live Well’, y co-creadora del podcast ‘No me da la vida’, sobre mujeres y estrés (Podimo)

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