Me encanta viajar, es una de mis pasiones junto con la lectura. Como bien decía mi admirada Diana Vreeland, «the eye has to travel» (el ojo tiene que viajar), y yo añado, literal y metafóricamente, viajar a otros lugares y viajar a otros mundo imaginarios a través de los libros. Este año no me he ido muy lejos de vacaciones, he optado por el país vecino, Portugal, que muchas veces es un destino poco apreciado por lo cerca que está. Ya conocía Lisboa y la zona del Algarve, así que tocaba la zona norte, en concreto la segunda ciudad más importante del país después de la capital: Oporto.
En estas pocas líneas es un poco complicado resumir todo lo que he descubierto en esta ciudad, pero os dejo esta selección de los cinco lugares que si o si tenéis que visitar si queréis que vuestra estancia en Oporto sea cool, healthy e inolvidable.
Para dormir: Hotel Vincci Porto
Alameda Basílio Teles 29, 4150-127 (+351 22 043 9620)
Lleva sólo seis meses abierto, pero no me cabe duda de que este antiguo mercado de pescado reconvertido en un cuatro estrellas será uno de los hoteles de referencia de la ciudad por varios motivos:
- Su ubicación: a 10 minutos andando del centro, frente al río, en una zona súper tranquila.
- Su decoración: cuando entras en el lobby automáticamente te sientes en un capítulo de mad Men, y la fantasía continúa en las habitaciones y en el restaurante. El mobiliario es de estilo escandinavo años 50 maravilloso, qué pena que sólo se pudiera comprar el ambientador, si no me habría traído un par de cosas para Madrid.
- Su desayuno: un buffet espectacular, para todos los gustos, con una mesa especial con productos sin gluten, con todos los dulces del mundo recién horneados en el propio hotel… lo que os diga es poco, ¡hay que verlo!
- Sus duchas: puede parecer una tontería pero volver de un día entero pateando y sudando por la humedad, y meterte en una ducha del tamaño casi del baño de mi casa, no tiene precio.
- Su servicio y detalles: máquina de café y selección de infusiones con hervidor de agua en la habitación es un súper plus.
Para comer: restaurante Bacalhoeiro
Av. Diogo Leite 74, Vila Nova de Gaia +(351)223759408
No está en Oporto, sino en la ciudad que está al otro lado del río, Vila Nova de Gaia, donde se encuentran todas las bodegas, por cierto. Puedes pasar de una ciudad a otra cruzando a pie el puente de Dom Luis I, desde el que tendrás unas vistas preciosas del río. Este restaurante es uno de los mejores para degustar el bacalao cocinado de todas las formas posibles y con todos los acompañamientos posibles.
Para sacarte la mejor foto: la terraza del hotel Yeatman y las playas de Foz de Douro
El hotel Yeatman es un cinco estrellas prohibitivo situado en el punto más alto de Vilanova de Gaia; si puedes alojarte en él, fantástico, si no, tomarse un café en su terraza es más que suficiente para poder disfrutar de las mejores vistas de Oporto desde la vecina localidad de Gaia. El día que vayas puedes ahorrarte el entreno de piernas, vas a flipar con las cuestas que hay que subir para llegar.
Si continúas a lo largo del río en dirección al mar, llegas a Foz de Douro, una localidad en la que encontrarás casas espectaculares y playas con muy poquita gente, que es lo que buscaba. Estas playas son perfectas para disfrutar de las puestas de sol, para tomar un cóctel relajado en alguno de los locales al borde del mar (pero siempre tranquilos).
Para saborear lo mejor del vino de Oporto: una ruta por sus bodegas
Como ya os he dicho antes, todas las bodegas del famoso «vino fortificado» no están en Oporto, sino en Vila Nova de Gaia. Ramos Pinto, Sandeman, Taylors, Grahams… Hay muchísimas, casi todas ofrecen visitas guiadas con cata incluida. Prepara el estómago y acuérdate de comer algo entre una y otra, al menos si no estás acostumbrado a beber alcohol de alta graduación a las 11.00 de la mañana.
Para eliminar todo el Porto y todo el pan: el río
Más concretamente, el camino que discurre al borde del río desde el mismo centro de la ciudad hasta el mar, en Foz. Es parte del recorrido de la Maratón de Oporto, y es perfecto para correr, montar en bici, caminar e incluso hacer entrenamientos funcionales aprovechando los bloques de piedra que te encuentras por el camino.
Como os he dicho, hay mucho más que ver y que hacer en Oporto – la Torre de los Clárigos, la librería Lello, la Catedral, una de sus múltiples iglesias, el museo Romántico – , pero espero que por lo menos os sirva como punto de partida!
Nos vemos la semana que viene, mientras podéis encontrarme aquí:
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